“Tiempo de luz” fue grabado entre abril y mayo de 2013 en los estudios La Cafetera Atómica, bajo la dirección de Rafa Domínguez, guitarrista durante muchos años del Huracán Ambulante de Bunbury, y gracias a las aportaciones de 110 micromecenas la aventura pudo llegar a buen puerto, vía crowdfunding. El esfuerzo de unos y otros sin duda mereció la pena, pues estamos ante uno de esos discos que merecen paladearse con calma y ganan puntos cuanto más se escuchan.
En su música podemos hallar las huellas de Chris Robinson y los Black Crowes, de Neil Young y otros adalides del rock de sabor genuinamente americano, de los Faces de Rod Stewart… Once canciones que generalmente cabalgan a lomos de medios tiempos preñados de emoción, sonido robusto pero al tiempo cuidadoso con los detalles y matices, construido en torno a una voz con sentimiento y el necesario punto de aspereza más un amplio despliegue de crepitantes guitarras eléctricas tamizadas por las acústicas o los fondos de órgano.
Los influjos sureños de “La vieja señal” o “Tiempo de luz”, el denso muro de riffs guitarreros de aires stoner de “Fiebre”, los aromas campestres de “Camino a la perdición”, el envolvente mantra de psicodelia folk tejido a base de darbouka, guitarra acústica, mandolina y zanfoña en “Caminos estrechos”, la riqueza instrumental de las preciosas “Noches abiertas” y “No hay nadie igual”, que cierran el álbum… Material que acredita la calidad de una banda preparada para dar el salto y alcanzar el reconocimiento que merece en el panorama del rock nacional.